Juan Antonio Varese nació en Montevideo, frente al Río de la Plata. Por su profesión de escribano aprendió a valorar los documentos como registros de la historia y de su vocación de escritor a compartir sus investigaciones rigor y calidez.
Desde joven se apasionó por aquellas lecturas sobre la etapa de las exploraciones y los descubrimientos, en especial en el Atlántico sur y el Río de la Plata.
En busca de antiguos naufragios frente a nuestras costas, profundizó en el de Juan Díaz de Solis, en su biografía, el derrotero del viaje de 1515, el desembarco en la bahía de Maldonado, la internación en el Mar Dulce y el lugar donde fue ultimado por los indígenas.
Transcurridos cinco siglos de la llegada de Juan Díaz de Solís, su figura adquiere renovado interés. En parte por los asombrosos viajes que realizó —por ejemplo, fue el primer europeo en navegar frente a la península de Yucatán y quizá en pisar el Imperio azteca—, pero sobre todo por su expedición al Río de la Plata y su trágica muerte, una de las más insólitas ocurridas a los exploradores llegados a América.
Su personalidad se enriquece con el aporte de datos y referencias de algunos contemporáneos como Cristóbal Colón, Américo Vespucio, Gonzalo Coelho, Alonso de Ojeda, Alfonso de Albuquerque, Vasco da Gama, Juan de la Cosa y Vicente Yáñez Pinzón, entre varios otros españoles y portugueses con los que compartió extraordinarias travesías.
Juan Díaz de Solís fue parte de una época maravillosa, en que los reinos de Portugal y Castilla salieron de sus fronteras en busca de las míticas riquezas del Lejano Oriente y con sus exploraciones fueron protagonistas —sin saberlo, claro está— de un proceso que transformaría radicalmente las relaciones económico-sociales y nos instalaría en lo que genéricamente llamamos Nuevo Mundo.