Clemente está muy preocupado. ¡Ha perdido a Eugenio, su peluche favorito! Eugenio no es solo un juguete, es su amigo más querido, y tienen grandes planes juntos: explorar el jardín, construir un fuerte con almohadas y contar historias antes de dormir.
Desesperado, Clemente busca por toda la casa. Primero revisa debajo de su cama, donde a veces se esconde. Luego, corre a la cocina, pensando que quizás Eugenio se haya quedado a “cocinar” algo en la mesa.
Pero no lo encuentra allí. Va al salón, al baño, y hasta a su armario, donde tiene sus cosas más secretas. Cada rincón de la casa es un nuevo lugar de aventura, pero Eugenio sigue desaparecido.
Clemente siente que su corazón se encoge. ¿Qué será de él sin su amigo pingüino? Justo cuando está a punto de rendirse, se sienta en el sofá y mira a su alrededor. Entonces, de repente, lo ve: Eugenio está asomándose por el sofá, como si estuviera jugando a las escondidas.
Aliviado y lleno de alegría, Clemente corre hacia su amigo y lo abraza fuerte. ¡Están juntos de nuevo, listos para vivir más aventuras!