Tras su temprana muerte, yo había descartado publicar nuestras charlas. Pero en varias ocasiones, con una media sonrisa, Vázquez me había preguntado: «¿Y, va a hacer algo con aquellas charlas?»; o «¿Le parece que sirven para publicar algo?». Entonces le di una respuesta ambigua.
Gabriel Pereyra
Pare, pare, usted se está comportando como un periodista, no como un escritor. Parece que esto que le digo lo quiere sacar mañana, me dijo Tabaré Vázquez en una de las tantas conversaciones, hasta ahora inéditas, que mantuvimos a mediados de 2011 con el objetivo de hacer un libro.
¿Cómo no comportarme como periodista si se trataba de afirmaciones que habrían sido una bomba de haberlas publicado al día siguiente?
Entre otras ideas personales, Vázquez estaba convencido de que la entonces racha triunfadora del Frente Amplio se terminaría si de una vez por todas no se presentaba como una fuerza de centro. Estas y otras afirmaciones quedaron, tras su decisión de lanzarse a conquistar un segundo mandato, a la espera de otros tiempos.
Luego de que dejara la presidencia, me preguntó en un par de ocasiones qué haría con este material, como guardando la esperanza de que viera la luz. Vázquez ya no está entre nosotros y, como un homenaje a nuestra relación fraterna y al pensamiento expresado libremente por un hombre que marcó a fuego la historia del país, es que me decidí a publicar esas charlas sobre diversos temas de actualidad.
En el libro aparece la voz de su hermano Jorge, contando anécdotas del Tabaré de entre casa y también otras que yo mismo fui atesorando durante el vínculo desarrollado con el expresidente. También aparece una serie de fotos aportadas por su familia. Espero que se adviertan, sin la presión del tiempo, los pensamientos de un hombre que, en el acierto o en el error fue fiel a sus convicciones, aunque estas chocaran incluso con la cultura de la izquierda.