Misales (1993) contiene lo que contienen los misales: oraciones. 35 historias suspendidas entre la tierra y el cielo, entre lo real y lo imaginario, 35 episodios de deseo que rozan lo animado y lo inanimado, que confunden lo abyecto y lo sublime. La religiosidad del libro es desde luego herética, y todos sus evangelios y santos y milagros son los interdictos de siempre: pasión, sexo y perversión en una atmósfera de cuento de hadas, de teleteatro y pesadillas como en una pintura de El Bosco. (…) Marosa se ocupa de recrear un ámbito endogámico, terriblemente familiar, poblado de secretos y prejuicios, transgresiones y perversiones.
Mercedes Estramil
En el mundo de di Giorgio nada es imposible, la libertad impide juzgar cualquier situación que allí acontezca con el estigma de lo escandaloso. Cualquier mecanismo de censura racionalista se halla desactivado y sus breves argumentos se instalan o fugan hacia un territorio que anula todo juicio moral.
Luis Bravo
La literatura uruguaya, a diferencia de otras, está llena de escritoras mujeres. Entre ellas, Marosa hace las delicias de las rarezas.
Cristina Peri Rossi