Arte y ciencia comparten propósitos: ensanchar el ámbito de la experiencia humana, expandir nuestro sentido de la realidad, tornar más propio aquello que se nos presenta como ajeno, interpretar el mundo a través de modelos.
En este libro, esa comunidad de intereses se convierte en una acción emprendida en conjunto. Se trata de un experimento en el que neurocientíficos y artistas se reúnen, colaboran e intentan hacer visibles algunos de los procesos que caracterizan nuestra mente: la memoria, el reconocimiento de patrones, la construcción de un mapa navegable de lo que nos rodea, el lenguaje, el sentido del tiempo. A través de diálogos y proyectos elaborados a partir de esos intercambios, el tema que la conversación aborda se extiende más allá de la neurociencia y del arte, y se interna de lleno en la condición humana. ¿Qué significa ver, soñar, moverse y entender lo que nos rodea? Esos dones se manifiestan en los diálogos como procesos materiales que no pueden comprenderse solo mediante la introspección o la experiencia cotidiana. El arte y la ciencia permiten desplegarlos en toda su rica trama, explorarlos por dentro y sugerir nuevas miradas.
La experiencia reunida en este libro —que debemos a la colaboración de científicos, artistas e instituciones— nos permite comprender en qué medida el abordaje interdisciplinario torna más próximo y humano cualquier tema, aun cuando el proceso nos obligue a alzar la mirada por encima de las fronteras de lo cotidiano y abarcar nuestra historia evolutiva, nuestras características universales o las dificultades estructurales de nuestra percepción. Poder recordar que nuestra mente es un proceso material, y que nuestro lenguaje y cultura constituyen el medio para compartir los frutos y perplejidades de ese proceso, nos hace más tangibles el uno para el otro, más hermanados en una circunstancia física.
Por último, este proyecto permite, también, asistir a la clase de diálogo que los uruguayos entablan en una mesa de café, en talleres y en laboratorios. Una conversación a la vez horizontal y profunda, que manifiesta un deseo de hallar puntos en común y concordar respetando el disenso. Lo compartimos, entonces, como un ejemplo de ese contacto, para que sirva de estímulo en la multiplicación futura de estos intercambios.