«Maluco es de esas obras que permanecen, no sólo porque su lectura es sumamente disfrutable, por la coherencia de su discurso narrativo, matizado en un abanico abierto de tonalidades diversas, sino porque replantea una visión del mundo desde una perspectiva de heterodoxa marginalidad. (…) Porque la lectura quedó prendida, y más, pasó a formar parte de nosotros, (…) puedo afirmar sin exceso, la excelencia de la novela, de Maluco, hoy premiada en Casa de las Américas, que un día leí en sus originales inéditos, y sobre la que ya supe, desde entonces, que iba a escribir para celebrarla.» – Wilfredo Penco, Brecha Montevideo*
«Si suprimimos nombres y fechas. Maluco es un espejo de la realidad porque Baccino, sin traicionar la verdad histórica, la interpreta y recrea de tal manera que el lector experimenta una serie de situaciones existenciales que son iguales a las que experimenta en su propio mundo. El autor elabora una metáfora de la vida, basada en un material histórico, como si quisiera decirnos que, de todas maneras, nada cambia.» – José Ma. Caldentey, El País, Madrid.
«Me animo a sostener que es su permanente alusión a la significación simbólica de los acontecimientos lo que lleva a Maluco a rebasar el ámbito de la estupenda novela de aventuras que en primera instancia es, para transformarse, tal como dice el fallo del jurado del Premio Casa de las Américas en un «texto de honda significación contemporánea» (…)
La cosmovisión que subyace en Maluco nos [llama] a asumir todos los riesgos de la travesía, sea cuál sea su desenlace, porque lo que necesita el hombre para encontrar su sentido no es sobrevivir, sino navegar hacia la sólida plenitud de su ser.» – Tomás de Mattos, Cuadernos de Marcha, Montevideo
«Desde el comienzo hasta el final, estamos en las manos de un maestro (…) un narrador perceptivo y sofisticado que ilustra de manera ejemplar la importancia del arte de narrar una historia* Más que un inventario de sufrimientos o historias individuales, esta es una meditación acerca del viejo sueño del hombre de eludir la muerte y dejar su huella sobre la tierra mientras transita su jornada a través de la vida.» – KirkusReview New York
«A pesar de ser ésta la primera novela de Napoleón Baccino Ponce de León, resulta de una asombrosa madurez, una sólida narración que sorprendió a los miembros del jurado de la emisión 1989 del Premio de Novela Casa de las Américas.» – Plural, México.
«Y realmente ha sido el mejor premio a la mejor novela de los últimos diez años, no sólo en Cuba, sino en toda América Latina, porque el escritor uruguayo retomó lo real-maravilloso y revitalizó con mano maestra, la magia de la literatura latinoamericana» -Jorge Consuegra, El Siglo, Bogotá
«Un estilo de cuya embriaguez desatada surgen páginas deslumbrantes, de una singular belleza idiomática. De una ensimismada belleza, también» – Santiago del Rey, Quimera, Barcelona*