«Esta primera edición completa en castellano de ‘El libro de la almohada’ es un acontecimiento cultural de primer orden (…) Su fragancia poética, diez siglos después y en el otro extremo del mundo, nos conmueve hasta la raíz.» El País, Madrid
La literatura japonesa no es milenaria sino tardía y tiene la particularidad de que las obras maestras iniciales de su narrativa están escritas por mujeres: `El Libro de la Almohada´, de Sei Shônagon y el `Romance de Genji´, de Murasaki Shikibu, fueron escritos entre fines del primer milenio de nuestra era y comienzos del segundo. Dueñas de un nuevo sistema de expresión, las mujeres fueron las protagonistas de la literatura, porque lo literario circulaba en ámbitos predominantemente femeninos, con audiencias exclusivas que gustaban de los diarios y las memorias, el intercambio de poemas y los acertijos literarios. Sei Shônagon, la autora de este maravilloso libro, aparece como la mujer que demuestra su superioridad intelectual ante cualquiera que se le aventure en una conversación, dentro del marco de una sociedad donde hombres y mujeres comparten cierta camaradería. Una mujer de mundo, inteligente, cultivada, un poco cínica, que manifiesta siempre sus gustos y predilecciones. Es la pionera de un género propio de la literatura japonesa vigente aún hoy: Zuihitsu, el ensayo fugaz y digresivo, literalmente “al correr del pincel”. Una dispersión del sujeto en fragmentos que evocan emociones, transcriben observaciones, detallan apuntes autobiográficos o componen poemas, con total ausencia de una dirección predeterminada, pero con una gran unidad estética y conceptual.