UN RUTINARIO CONTROL DE TRÁFICO
El subteniente Benoit siempre soñó con misiones de envergadura, pero jamás habría creído que su carrera en la brigada de Crest pudiese cambiar de la noche a la mañana. Porque una conductora que se da a la fuga sufre un accidente fatal. Porque en el coche iba secuestrada una niña que ahora está en coma. Porque al poco aparece un muerto con los ojos extirpados y unas incisiones en la frente.
LOS CUERPOS SE MULTIPLICAN
El caso se ha complicado y es inevitable que lleguen de París los «Expertos» de la policía judicial; Benoit es el elegido para servirles de enlace en la investigación sobre el terreno. Sin embargo, una maldición parece haberse cernido sobre el lugar, pues afloran más cadáveres mutilados y ya nadie duerme tranquilo. Las que menos, las residentes en el «priorato», un refugio de mujeres que han sido víctimas de violencia machista.
UNA MANO SÁDICA MUEVE LOS HILOS
Sandrine Destombes vuelve a entregar una novela en la que nada es lo que parece y donde queda intacto. Por el ritmo al que se suceden los asesinatos, se diría que la muerte está muy a gusto en Crest.