Siento un sudor frío. Las imágenes que veo son de espanto. Las calles de la ciudad, siempre llenas de gente y bullicio, están desiertas. Parece una ciudad conquistada, donde campea a sus anchas un enemigo invisible. La gente está escondida en sus hogares. Tras una puerta, agazapada frente a una pantalla, una familia escucha cuántas personas han muerto hoy. Tras otra puerta hay un anciano en el suelo cuya vida se apagó en soledad. A lo lejos, el ruido de una sirena acompaña una ambulancia llegando a la emergencia de un hospital. En la entrada, alguien vestido con un traje que parece de astronauta elige quien puede ingresar para recibir ayuda y quien debe morir. Veo un barco envuelto en una gran nube. Viene del frío y tiene un rumbo sin destino. Es todo surrealista… veo una luz, una mano tendida, una esperanza… siento un grito insistente… alguien me llama y me abraza… y entonces abro los ojos…
– Steve, Steve, despierta, fue solo un sueño – dice Aovana mientras acaricia mi rostro empapado de angustia.
– No fue un sueño – le contesto.
La pandemia en Uruguay y en el mundo, el episodio del “Greg Mortimer”, la Operación “Todos en Casa”… “Gracias Uruguay” relata las vidas cruzadas de personas que jamás imaginaron el escenario de pesadilla que enfrentarían. Un grupo de australianos que terminarían amando un país desconocido y unas doctoras uruguayas en lucha desigual contra el virus. Es una atrapante historia de destaque de valores humanos qué, inspirada en el cartel que colgaba del Crucero “Greg Mortimer”, abarca los numerosos e increíbles gestos de solidaridad de una sociedad que llevó al mundo a señalar a Uruguay como un oasis de calma en una Latinoamérica convulsa. Y en última instancia refiere también al reconocimiento a una generación de médicos y personal de la Salud, que con valentía se están jugando la vida en una lucha, donde Uruguay viene dibujando un triunfo frágil como un cristal, que todos debemos proteger.