Cuando tenía once años, un sicario mató a mi padre. Yo era una niña que no imaginaba que algo así pudiera pasar. Pero pasó. Todavía me cuesta creer que apenas treinta y cinco gramos de acero y un gramo de pólvora hayan podido acabar con una familia.
Cuando Héctor Abad Faciolince, autor de El olvido que seremos, leyó esta primera novela, decidió publicarla de inmediato; muy poco después Lumen se sumaría a su entusiasmo. Tras el éxito en Colombia y mientras Francia prepara su traducción, Cómo maté a mi padre llega a los lectores de ambos lados del océano como una de las revelaciones literarias de los últimos tiempos.