¿Sabías que existen personas que pueden convertirse en animales? ¿Y que hay animales que hablan? Yo no, hasta hace muy poco.
Mi nombre es Emilia Tier, tengo diez años y mi mamá quiere que sea bailarina. A mí, en cambio, me gusta desarmar cosas. Siempre tuve la sensación de que algo no encajaba en casa. De que me faltaba una pieza del rompecabezas para entender quién era, para sentir que pertenecía a algún lugar. Y por fin la encontré. Me estaba esperando aquí, en la Casa de Fieras.
La antigua Casa de Fieras es, a los ojos del mundo, una biblioteca más de Madrid. En su terreno se levantó uno de los primeros zoológicos del continente. Los murmullos de sus viejos moradores aún rondan las jaulas abandonadas, pero solo son audibles para los wardjalis, la raza de humanos que tiene la capacidad de mutar en animales. Nadie sabe que, bajo su superficie, funciona la escuela en donde se los entrena. Un lugar en el que quienes aún no se han transformado son expuestos a diferentes pruebas para que manifiesten su «yo» salvaje.
Emilia llega hasta sus dominios por una serie de curiosos incidentes y encuentra allí los conocimientos que tanto le hacían falta, amigos entrañables y la revelación maravillosa de su verdadera naturaleza.