Con una trama que atrapa desde la primera línea y una construcción psicológica magistral, esta novela es una culminación en la obra narrativa de Burel; una historia de delito y pasión inolvidable.
Montevideo, noviembre de 1957: mientras el novedoso Sputnik ruso surca el espacio, en la casa central del Banco República el empleado Ernesto Robles comete un desfalco. Con una valija llena de dólares huye a Marazul, un balneario oceánico de la costa uruguaya. Allí debe esperar a que un conocido que le debe favores le envíe un pasaporte falso para escapar a Brasil.
En el hotel de Marazul conoce a Ingrid Vogel, hija del dueño. Ella y su padre son alemanes y en 1945 llegaron a Uruguay dejando atrás la destrucción de la guerra. Ingrid tiene 21 años y una belleza juvenil con el erotismo a flor de piel.
Este es el comienzo de una historia de deseo, amor y desencuentros que Hugo Burel desarrolla en un relato narrado con su maestría habitual que, entre otros temas, indaga en ese sentimiento tan humano como devastador: la ambición.