¿Cómo te sentirías si todos los días usaras la misma ropa?… y que esa ropa también fuera igual para todos los demás como el uniforme de la escuela. ¿Cómo sería nuestro barrio si todos nos pareciéramos? ¿Y nuestra ciudad?
Las cosas cambian… y cambian mucho. Por ejemplo, un kilo de blanca y suave harina en un ratito puede convertirse en una riquísima torta.
Yo tengo un amigo que de chiquito era… Mejor lo dejo a él para que les cuente su historia y los sorprenda tanto como me sorprendió a mi.