María Micaela (Chela) Stradolini revisa un arcón de papeles y fotos, objetos de un exilio que dan cuenta del monstruo en el que se ha convertido. Ella, que nunca fue nada de nadie, ni siquiera puede quebrarse frente a la muerte de Luis, su gran amor imposible. La memoria la arrastra a su infancia de niña bien, superdotada, demasiado flaca, y demasiado “oscurita” para el gusto nacional y aburguesado de los años 40. La adolescencia en un internado, el descubrimiento de la literatura, las escapadas a Chile, París y Roma. La excentricidad de la vida en Europa. El viaje a Sicilia, al solar de los Caserta en busca de un linaje y el encuentro con su tía abuela, con quien vivirá un romance apasionado. El amor que le negaron, conjugado en lo prohibido. Noches de somníferos y tranquilizantes. Elixires para apaciguar el dolor. De fondo, el peronismo: la expropiación, la quema de iglesias y los últimos intentos de una oligarquía decadente capaz de cualquier atrocidad para mantenerse en pie.
Nosotros, los Caserta es una novela extrema, abierta a la fantasía y a la alucinación como salvatajes del infierno familiar.