Al leer el teatro de Omar, al igual que al verlo, uno queda menos solo. Podrás llevarte algún dolor revueltos, te habrás indignado porque para este hombre no hay sacramento alguno -ni político, ni religioso, ni moral-, te habrás reído con culpa o placentero cinismo, pero seguro estuviste con los tuyos.
Entre esos personajes están tus parientes, tus vecinos, a quienes amaste o no te amaron, los dilemas que atravesaste, las pulsiones que dominaste.
Todo en clave de humor, a veces grotesco, a veces tan sutil que en la platea solo despierta alguna risa nerviosa de vez en cuando.
La escritura de Omar Varela tiene herencia, pero a la vez participa en una construcción de su tiempo, el de los 90 y los primeros 2000.
Omar nos ha inventado muy bien. Sus personajes somos nosotros.
Incluye las siguientes obras obras:
«Un poco de suerte»
«El país de las maravillas»
«Fue mi culpa, lo hice por amor»
«Estoy sola porque quiero»