De la autora de Los desposeídos, Terramar o La mano izquierda de la oscuridad.
La terrícola Sutty vive de forma solitaria en Dovza, la capital del planeta Aka. El planeta vive bajo el férreo control de un gobierno capitalista, la Corporación, que insiste en convertir a todos los ciudadanos en puros productores-consumidores. Para ello procede a destruir sistemáticamente todo vestigio de cualquiera de las formas tradicionales de vida.
Aunque el mundo ficticio de El relato y sus peculiares costumbres no tienen relación alguna con la China antigua o moderna, tanto esa sociedad como la «Tierra futura» de la que proviene su heroína, reflejan ciertas tendencias y pasiones políticas y religiosas de nuestra propia Tierra en el cambio de milenio. Los gobiernos totalitarios y las religiones fundamentalistas operan con el mismo objetivo, reemplazando la búsqueda de la verdad por una respuesta incuestionable y castigando a los que cuestionan. El Futuro, en la ficción, no suele ser más que un modo de mirar el Presente.