«No sé si se puede hablar del Holocausto. Mi abuelo no lo intentó. Y si yo traté de encontrar algunas palabras, si busqué cómo decir lo que él calló, no es solo para calmar su dolor: no es para recordarlo, sino para olvidarlo.»
Salvarse del horror puede convertirse en una condena peor que perder la vida. Esta es la historia real de Vicente Rosenberg, el abuelo del autor, un judío que abandonó Polonia en los años veinte dejando atrás a sus padres y hermanos para empezar una nueva vida en Buenos Aires. Ahí se casó, tuvo hijos, se convirtió en propietario de una tienda de muebles y fue descuidando el contacto con su familia. Su madre, sin embargo, nunca dejó de enviarle cartas, una correspondencia que se convirtió en el testimonio de una mujer que quedó encerrada en el gueto de Varsovia. Esas cartas le hablan a su hijo del hambre, el frío y el miedo que precedieron el asesinato de millones de personas en toda Europa. Cuando Vicente se da cuenta de lo que está pasando, ya es demasiado tarde y las cartas dejan de llegar.
Amigorena revisita los recuerdos y el silencio de su abuelo en una historia que se ha convertido en fenómeno literario mundial. Finalista de los tres grandes premios literarios de Francia, El gueto interior se traducirá a una docena de lenguas. Martín Caparrós, primo del autor y nieto también del protagonista de esta historia, se ha encargado de la traducción al castellano.