De todas las Órdenes Militares surgidas en el época medieval, al amparo del espíritu de las Cruzadas, ninguna alcanzó la fama, el poder, la riqueza y el renombre de la Orden Templaria. Y tampoco ninguna ha hecho correr tantos ríos de tinta a lo largo de la historia, y se ha visto rodeada de tantas leyendas y de tantos enigmas y misterios.
Tal vez haya contribuido a ello su larga permanencia en Oriente, la gran cantidad de riquezas acumuladas y su final trágico, desesperado e injusto.