Cuando Camilo nace, todos en la familia se sorprenden por su aspecto y ninguno se preocupa por ocultar el disgusto que les provoca. Va creciendo solo; sus padres trabajan mucho, sus hermanos son mayores y nadie se ocupa de él.
En Planeta Monstruo todo es diferente: allí saben apreciar sus ronchas, sus orejas y sus pelos indomables. Allí tiene amigos de verdad y nadie le da importancia al número de patas ni al color de la piel. Cami piensa que ha nacido en un mundo equivocado, donde no es feliz. Cuando Planeta Monstruo corra peligro de desaparecer, Camilo tendrá que tomar una decisión.